Según esta descripción realizada a principios del siglo XVII por Bernabé Moreno de Vargas y recogida en su “Historia de la ciudad de Mérida año 1633”, es la clara conexión con el momento histórico en el que surge la fe y la devoción por María de Barbaño. Aunque en este momento nos surgen un conjunto de interrogantes: 

¿Cuándo fue el momento en que se encontró a la imagen? 

¿Qué antigüedad tenía la imagen? 

¿Qué era la dehesa de Barbaño? 

• La aparición de la imagen es de época goda, por la fábrica de los edificios donde se encontró. Hoy con todos los datos históricos a los artísticos ahora podemos decir, que fue en la zona de influencia de la antigua villa romana donde apareció la virgen: (Villa de Torre del Águila), que fue un asentamiento cristiano, se remonta a finales del siglo III o principios del IV, pero la época de máximo esplendor fue en los siglos VI-VII en el que se construyen los monumentos encontrados: iglesia, baptisterio y martirium. 

• El mismo historiador, Moreno de Vargas, que vivió en Montijo desde 1604 a 1615 en la calle Porras, escribía en el siglo XVII: “la imagen era morena como la de Guadalupe, pudiera pertenecer al estilo románico tardío, cuando la reciente restauración de Luís Peña en Llerena, nos viene a reforzar como veremos, hoy no poseemos rastros de aquella imagen primitiva y que ha ido sufriendo diferentes restauraciones, para mejora y conservación de esta. 

El nombre de Barbaño viene de la palabra Barbana, del hebreo bar que significa hijo-hija y el latino ana, Guadiana se obtiene completo “Hija del Guadiana”, después surge una modificación por la proximidad al río y termina llamándose Barbaño. La ermita se anegó en varias ocasiones por la crecida del río. 

• Desconocemos la fecha en la imagen primitiva, que fue sustituida por la que hoy veneramos pero se cree que desde el principio del siglo XVIII, época en que se ponía de moda las imágenes de vestir para ponerle mantos y alhajas donadas. La imagen es menuda (99 cm) y de rostro agraciado, lleva corona y cetro en la mano derecha y en la izquierda un diminuto y precioso niño, que también lleva corona. 

La imagen tiene a sus pies una media luna de plata y se ve enmarcada por un resplandor de plata, adquirido por suscripción popular a finales del siglo XIX. 

La inmensa devoción hacia nuestra patrona, ha hecho que a lo largo de los siglos muchos devotos desfavorecidos por su fortuna, no se olvidaran de la Virgen de Barbaño de sus amores a la hora de hacer testamento, reuniendo así la Hermandad un pequeño conjunto de tierras, casas y alhajas